«La
Iglesia es, por su naturaleza, misionera» (AG, 2), porque es la continuadora de
la obra de salvación, iniciada por Cristo. Él es el Misionero del Padre que da
el mandato a la Iglesia:«Vayan por todo el mundo a predicar el Evangelio a toda
criatura» (Mc 16, 15).
Si
la Iglesia no se preocupara por anunciar el Evangelio estaría traicionando el
mandato de Cristo, pero en ella, los Institutos Misioneros garantizan el fiel
cumplimiento del mandato misionero.
Los
Servidores de la Palabra somos una familia que ha nacido para trabajar en este
encargo del Señor, a través de la preparación y envío de laicos y religiosos
misioneros de ambos sexos. Su carisma fundante: «evangelizar –con la Biblia en
la mano– a los laicos para evangelizar con los laicos».
Entrar
en las filas de los Servidores de la Palabra es enriquecer a la Iglesia,
fortaleciendo su carisma fundamental: ser misionera.
Este
sitio en el ciberespacio ha sido preparado con un gran aprecio para cuantos buscan
materiales privilegiados con los cuales enriquecerse a sí mismos por medio de
la Palabra de Dios, y a la vez contagiar a la sociedad con este magnífico don.
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