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Los
Misioneros Servidores de la Palabra son el Instituto varonil de Vida Consagrada
para las Misiones.
Actualmente,
en el Instituto MSP hay 74 sacerdotes, 14 diáconos, 115 seminaristas de
Filosofía y Teología, 12 hermanos religiosos, 27 novicios.
La formación
del Misionero Servidor de la Palabra se lleva a cabo en cinco etapas:
Etapa apostólica
Es la etapa
que viven los fieles laicos que, después de seis meses de preparación
espiritual, de estudio y de trabajo, se dan a la tarea de la evangelización a
tiempo completo. Este servicio lo ejercen durante un año, mediante una promesa
de servir durante este tiempo según el método de los Misioneros Servidores de
la Palabra.
Postulantado
El
postulantado es un tiempo que sirve de preparación inmediata para el noviciado.
Se trata de un tiempo intenso de oración y de estudio de la vocación que solicitan
hacer aquellos fieles laicos que, durante la etapa apostólica, han
experimentado la inquietud de consagrar a Dios toda su vida.
La duración
del postulantado es de cuatro meses para los que tienen preparatoria, y de un
año para los que no la tienen. En este periodo el joven se prepara a su ingreso
al noviciado estudiando, entre otras cosas, algunos elementos de latín, de
urbanidad, de música religiosa y profundizando en el contenido de algunos
documentos de la Iglesia. Para ser admitido como postulante, el fiel laico debe
tener los seis meses de preparación para la promesa apostólica y por lo menos
un año de apostolado.
Noviciado
La etapa del
noviciado es un tiempo de formación especial que prepara a la consagración a
Dios mediante la profesión de votos públicos, por lo cual se da mucha
importancia a la oración durante el mismo, a fin de comprender las exigencias
del llamado de Cristo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a
sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16, 24).
Las
Constituciones y la espiritualidad del Instituto establecen que el noviciado de
los MSP tiene una duración de un año, el cual se dedica a profundizar en la
comunión personal con Cristo y las exigencias de la caridad y de la vida
comunitaria; el énfasis especial se pone en los principales aspectos de la
espiritualidad de los MSP, como son el espíritu de generosidad y de sacrificio
que fortifican la voluntad, y el conocimiento vivencial de la Palabra de Dios.
También ocupa un tiempo importante el estudio de las Constituciones del
instituto, de algún idioma, liturgia y música.
El trabajo
manual no debe faltar en las actividades diarias del novicio, pues éste juega
un importante papel a la hora de forjar carácter firme, que no vacile ante las
dificultades de la vida.
Votos temporales
Mediante los
votos de pobreza, castidad y obediencia el religioso se consagra a Dios,
imitando de manera especial a Cristo pobre, casto y obediente, y llegando así a
ser «un signo verdadero de Cristo en el mundo».
El período
de votos temporales se renueva cada año, durante cinco años. Una vez cumplido
este tiempo, el religioso MSP puede ser admitido a los votos perpetuos.
El periodo
de votos temporales prepara al religioso a una definitiva y más generosa
entrega al Señor. Durante este período se continúan los estudios necesarios, se
ejerce el apostolado de evangelización y se brinda a la comunidad algún
servicio en particular, si es el caso.
Aquellos que
entre los religiosos de votos temporales son, además, candidatos al sacerdocio,
cursan los estudios de Filosofía y Teología, conforme a las normas establecidas
por la Iglesia, y profundizan aún más en los estudios de la Biblia.
Es necesario
que todos los religiosos MSP tengan una buena preparación intelectual y
religiosa para servir mejor a la causa de la evangelización.
Votos perpetuos
Después de
cinco años de votos temporales, el religioso MSP puede solicitar el ser
admitido a la profesión religiosa perpetua para quedar incorporado al Instituto
de forma definitiva.
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