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El
Movimiento Misioneros Servidores de la Palabra (MMSP) está constituido por
jóvenes laicos, hombres y mujeres. Habiendo experimentado la fuerza de la
palabra de Dios, estos jóvenes sienten un llamado especial de entregarse a
la predicación del Evangelio, lo cual realizan mediante una promesa de vivir,
durante un año, los consejos evangélicos de Pobreza, Castidad y Obediencia.
Así, los misioneros y misioneras laicos Servidores de la Palabra quieren
enriquecer también a otros con la fuerza de la Palabra, y vivir, a su vez, una
experiencia apostólica que los acompañará por toda la vida al concluir su
promesa.
El MMSP
depende de los Institutos religiosos: Misioneros Servidores de la Palabra y
Hermanas Misioneras Servidoras de la Palabra.
¿Cómo se puede pertenecer al MMSP?
Quien ha
experimentado la inquietud por la vida misionera, está invitado a participar en
un Retiro Vocacional (cada tres meses,
informes al tel. (55) 58523800) dirigido por los religiosos y religiosas Servidores de la
Palabra.
Sólo se
necesita:
- tener 18 años al menos y no más de 30;
- haber tomado los primeros cuatro cursos que imparten los Misioneros Servidores de la Palabra;
- tener deseos de dedicarse durante un año a la evangelización, a tiempo completo, sin recibir compensación económica;
- tener buena salud;
- presentar una carta de recomendación de un sacerdote católico
Fechas y lugares del retiro vocacional en la siguiente dirección:
Una vez que se es aceptado en la formación –que dura
al menos seis meses–, y luego de concluirla satisfactoriamente, se pertenece
formalmente al MMSP mediante una promesa, jurídicamente privada, que el fiel
laico hace a Dios, ante la comunidad. El compromiso consiste en servir en la
evangelización según el método de los Misioneros Servidores de la Palabra,
durante un año. Esta promesa puede ser renovada, según sea el parecer de los
responsables.
¿Cuál es la finalidad de este movimiento?
Los
misioneros y misioneras laicos Servidores de la Palabra tienen como finalidad
llevar la evangelización a los pueblos a donde los envíen los responsables del
movimiento, colaborando con ello en la tarea de la Iglesia, que es
esencialmente misionera.
Es por ello
que, recordando la consigna de Cristo:«Así como el Padre me envía a mí, así
los envío a ustedes» (Jn 20, 23), se esfuerzan en evangelizar a todos
los pueblos y suscitar también evangelizadores laicos para la Iglesia local y
Universal.
Formación de los misioneros laicos servidores de la
palabra
Al frente de
la formación está el equipo de religiosos para los hombres y el de religiosas
para las mujeres. Ellos y ellas se encargan de atender que los formandos
observen y crezcan en los siguientes aspectos:
a) Una formación integral: oración y vida comunitaria
Intelectualmente,
al futuro misionero o misionera se le prepara para dar los cursos bíblicos
mediante clases diarias, y espiritualmente, mediante la meditación diaria de
una hora por la mañana, el rezo de la Liturgia de la Horas, una hora de
adoración, la participación en la Eucaristía, la recepción del sacramento de la
Reconciliación, el trabajo manual y la práctica de la caridad para con los
hermanos. También es muy importante para el desarrollo de las virtudes cultivar
el espíritu de sacrificio.
b) Estudio
El estudio
es un elemento muy importante para el crecimiento espiritual e intelectual del
Servidor de la Palabra.
Durante el
tiempo de formación, los laicos estudian al menos los primeros seis cursos
bíblicos del p. Luis Butera, fundador de los Servidores de la Palabra, de
manera que luego los puedan enseñar a los demás. Además de los cursos, en el
período de formación se estudian los documentos conciliares y el Catecismo de
la Iglesia Católica, entre otros textos que ayudan a conocer la doctrina de la
Iglesia.
c) Trabajo
En la
formación de los misioneros laicos no se descuida el trabajo material, que les
ayuda a moldear el carácter, purifica su espíritu y les permite dar testimonio
de su fe.
El trabajo
aceptado con generosidad prepara a los misioneros a ser cumplidos en todo lo
que su vocación les exigirá, y los forja en la virtud de la caridad y en el
espíritu de sacrificio.
d) Apostolado
Durante el
tiempo de formación los futuros misioneros se ejercitan en algunos apostolados,
como son visitas domiciliarias, la difusión de la buena prensa en todas las
modalidades posibles, especialmente de la Revista Inquietud Nueva, el rezo del
Rosario Bíblico meditado y promoción de los retiros bíblicos de fin de semana.
realmente con la mano en el corazon les digo atrevanse, arriesguenze despues de ser misionero la vida yano se ve igual seve con los ojos de cristo
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